La fiebre es uno de los síntomas más frecuentes que nos encontramos en nuestros pequeños, sobre todo en estos meses de otoño/invierno en los que proliferan las infecciones. La mayoría de estas infecciones van a estar provocadas por virus, y la fiebre suele aparecer en ellas con bastante frecuencia. También puede dar fiebre por motivos no infecciosos, por ejemplo deshidratación, quemaduras o exceso de abrigo, por toma de algunos fármacos o por otras enfermedades como por ejemplo enfermedades: autoinmunes, endocrinas o neoplasias.
¿Qué es la fiebre?
Hablamos de fiebre cuando hay una elevación de la temperatura corporal normal por encima de 38ºC. Entre 37º-38º se suele denominar febrícula y con mas de 38ºC fiebre, pero en realidad todo esta dentro del concepto de temperatura elevada.
¿Qué termómetro usamos? ¿Dónde medimos la temperatura?
Para medir la temperatura existen distintos tipos de termómetros y sitios donde se puede tomar la temperatura:
Tipos de termómetros: Digitales, Galio, Timpánico y otros: chupete, de superficie.
Zonas de medida: Rectal, Timpánica, Axilar, Oral, Piel.
Los más fiables son los termómetros digitales y los de galio, pero estos últimos tienen la desventaja de que tardan varios minutos en tomar la temperatura, cuando los digitales pueden hacerlo incluso en menos de 30 segundos. Los termómetros de superficie son poco fiables. En la boca, aunque la medición es fiable, es poco higiénica, pudiendo estar influenciada por toma de alimentos o líquidos fríos o calientes, especialmente en niños pequeños. Los timpánicos, especialmente en niños pequeños tienen dificultad para dirigir el haz de infrarrojos al tímpano debido a la estrechez del conducto, con lo que no toman la temperatura de forma correcta, y la temperatura puede verse sobreestimada, sobre todo en infecciones de oído.
A este respecto también recordaros que el termómetro de mercurio, aunque es el que nos da una mayor fiabilidad esta prohibido desde 2007 por una directiva del Parlamento Europeo, debido a la posible toxicidad de su contenido.
Con respecto a la zona de medida, en los lactantes lo más fiable es hacer la determinación rectal (de forma cuidadosa para evitar hacer daño y teniendo en cuenta que hay que restar 0.5ºC. En niños mayores la determinación más fiable y accesible es la axilar.


¿Cuándo hay que dar los antitérmicos?
La idea del tratamiento con antitérmicos debe ser mejorar el malestar que causa la fiebre y la enfermedad que la cause, no la fiebre en sí, ya que ésta es un mecanismo de defensa natural del propio cuerpo frente a la infección. De esta forma, podemos encontrarnos con niños con 38,5ºC con buen estado general, contentos y jugando que no precisen antitérmicos y en otra ocasión con 37,8ºC esté decaído, con dolor, y que sea recomendable dárselo.
¿De qué antitérmicos disponemos?
- Paracetamol: de primera elección, es antitérmico y analgésico, aunque el menos potente de los tres, puede utilizarse por vía oral o rectal. La presentación más utilizada es la de 100mg/mL. La dosis que se utiliza es de 15 mg/kg cada 6h o 10 mg/kg cada 4h, no sobrepasando 60 mg/kg/día. Los niveles máximos se alcanzan a las 1-2h y el efecto antitérmico se mantiene durante 4-6h.
- Ibuprofeno: actividad antiinflamatoria además de antitérmica y analgésica. Las presentaciones disponibles son orales (20mg/mL y 40mg/mL). La dosis es de 5-10 mg/kg/dosis, cada 6-8h, con una dosis máxima de 40 mg/kg al día.
- Metamizol: es el más potente de los tres, aunque no debe utilizarse como primera elección, especialmente en población anglosajona por el riesgo de agranulocitosis. Actualmente las presentaciones en supositorio no están disponibles a dosis pediátricas, existe una presentación en gotas por vía oral, que debe usarse a dosis puntuales y para fiebres de difícil control. La presentación de que disponemos contiene 500mg/mL y la dosis recomendada es de 12,5 mg/kg cada 8h.
¿Podemos ayudar con medidas generales a bajar la fiebre?
SI, hay una serie de medidas generales que ayudan a que baje la temperatura, entre ellas están:
- Mantener al niño con poco abrigo y la habitación donde esté bien ventilada.
- Se pueden utilizar paños con agua templada.
- Se puede dar un baño, a 1-2ºC menos de la temperatura que tenga el niño, es decir, si tiene 39ºC el agua puede estar perfectamente a 37ºC, simplemente con eso ayudará a evacuar el calor.
- Mantener al niño bien hidratado, ofrecer liquidos con frecuencia y si es un lactante ofrecer el pecho o biberón con frecuencia.
Falsos mitos:
- Los baños con agua fría: lo que hacen es aumentar la fiebre, porque al contraer los vasos sanguíneos de la piel hacen que aumente la temperatura central.
- Las friegas con alcohol: no se deben utilizar, ya que pese a que provocan vasodilatación y favorecen la evaporación de calor parte del alcohol puede absorberse a través de la piel o inhalarse.